Las elecciones tienen a México y al mundo a la expectativa, y es que la mayor potencia se debate entre dos candidatos que han sido ampliamente cuestionados; quien resulte electo este 8 de noviembre, tomará posesión de la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero.
Ayer, durante el último día de la campaña presidencial, la demócrata Hillary Clinton era al parecer la favorita pero no abrumadora. Llevaba una ligera ventaja en los sondeos nacionales y en los estados cruciales de batalla.
Ambos candidatos tenían la esperanza de que dichas encuestas no hubieran captado algo: Donald Trump esperaba un aumento de electores blancos que le permitiera ganar la Casa Blanca, Clinton un incremento de votantes hispanos que despegaran la contienda.
Trump y Clinton hicieron sus últimas declaraciones ante un país ansioso, con Hillary intentando recurrir a un tono conciliador y positivo y Donald, quien se encuentra abajo en los pronósticos, advirtiendo sobre un “desastre” si él llega a perder.
Así, en medio de una guerra electoral que ha puesto en tensión a millones de estadounidenses, las encuestas vaticinan un dramático conteo final, donde cada voto será analizado con lupa, sobre todo ante la advertencia de Trump, que denunció hace semanas la posibilidad de un fraude y que él no aceptaría una derrota, lo que abriría la puerta a un gran enjambre judicial que podría extenderse por meses.
Una cifra histórica de estadounidenses ha votado de manera anticipada gracias a un aumento en la afluencia de electores hispanos, lo cual podría ser buena noticia para Hillary Clinton.
Por lo menos 44.9 millones de personas han sufragado de forma anticipada por correo o en centros de votación, según estadísticas de The Associated Press. Niveles récord se han registrado en 28 estados y el Distrito de Columbia, y aún faltan millones de papeletas por llegar.
La AP calcula que los votos anticipados podrían alcanzar 50 millones. El número representa casi 40 por ciento de la totalidad de votos para una elección presidencial que se prevé tenga una alta participación general porque ha suscitado un enorme interés público.
Florida y North Carolina, claves
El equipo de campaña de Trump reconoce la imposibilidad de una victoria del candidato si éste no gana en Florida y North Carolina.
En Florida, se han depositado 6.4 millones de votos anticipados, más de tres cuartas partes de los sufragios previstos en esta modalidad.
Los demócratas llevan la delantera, con 39.9% contra 38.5%. Los demócratas tenían márgenes ligeramente mayores en 2008 y 2012. Obama gano el estado ambas veces por escasa diferencia.
Aunque la proporción de electores afroamericanos es menor, los sufragios de los hispanos casi se han duplicado a más de 976 mil. Aproximadamente una tercera parte de los hispanos no acudió a las urnas en 2012, según un análisis de Daniel Smith, profesor de la Universidad de Florida.
Voto hispano
El aumento de la participación de los electores hispanos podría beneficiar a los demócratas en dos estados de tendencia republicana.
En Arizona, donde se han emitido dos terceras partes del voto anticipado previsto, los republicanos van al frente, 40% contra 34%.
La diferencia es menor en comparación con 2012, cuando el Partido Republicano sacó ventaja de aproximadamente 10 puntos porcentuales.
Por lo menos 4.5 millones de sufragios anticipados se han emitido en los 15 condados principales de Texas. El estado no facilita desgloses de cifras por partido, pero según proyecciones de Catalist, aumentó claramente la tasa de los electores hispanos.
Vigilancia extrema
El Departamento de Justicia dijo que desplegará más de 500 observadores en las casillas, mismos que pertenecen a la División de Derechos Civiles, para monitorear las votaciones en 67 jurisdicciones de 28 estados, incluyendo al menos tres de estos en cada una de las entidades indecisas. Muchas de las jurisdicciones tienen altas poblaciones nativo-americanas, afroamericanas, hispanas y musulmanas.
Con información de El Diario Digital