El potencial del Río Tecate
¿Recuerdan el Andador Río-Parque?
Sí, ese proyecto muy “ambicioso” de hace ya algunos años que pretendía hacer “caminable” el bordo del Río Tecate desde el puente peatonal de la Arturo Guerra hasta el Parque Los Encinos y posteriormente el CEARTE.
Desde que se inauguró, ¿cuánta gente camina por ahí habitualmente por recreación?
Solo hace falta visitarlo algunas veces a la semana para darnos cuenta de que “caminable” no es mucho. Y que quienes lo caminan con solamente para quienes funciona como la mejor ruta para y desde su trabajo, por ejemplo.
Caminable recreativo nunca fue.
Y digo fue porque, debido a que nunca se fomentó y explotó para lo que fue diseñado el proyecto, ya hasta está desapareciendo por falta de mantenimiento.
Para muestra, cual si se pensara para una futura filmación de The Walking Dead, lo que se supone sería una fuente muy bonita, ya ni siquiera cuenta con el pavimento de ladrillos decorativos que se construyó para embellecer la parte del andador detrás del Swap Meet Los Encinos.
Y ¿qué decir del puente peatonal para cruzar hacia la Plaza Los Encinos II? A punto de caerse.
Además ¿por qué solo embellecer esa parte?
Proyectos abandonados
Como es costumbre de nuestros funcionarios cortoplacistas, el proyectos del andador Río-Parque (una colaboración Estado-Ayuntamiento-Iniciativa Privada) solo fue la típica llamarada de petate que no se planeo con su mantenimiento y mejoramiento futuros.
Y las consecuencias las vemos hoy.
Lo que fue una idea muy buena con un gran potencial (el detonar el Río como un lugar recreativo más del ahora Pueblo Mágico) fue abandonado a medias como muchos otros proyectos.
Además, aunque se hubiera terminado y mantenido, ¿quién va a caminar plácidamente por el Río si se encontrará con migrantes y malvivientes en el camino, por falta de vigilancia y de interés de la policía local?
Y eso sin contar con la falta de limpieza.
Un Río Tecate de basura
Como ya lo hemos reportado varias veces en Códice, el Río Tecate, hasta en sus partes más céntricas que podrían considerarse dentro del perímetro del Pueblo Mágico, parece el mini basurero de la ciudad, al llenarse periódicamente de la basura que sus habitantes temporales dejan como recuerdo de que a los gobiernos municipales tecatenses no le interesa la imagen ecológica y turística ni del río ni del centro.
Lo que podría convertirse en algo más que solamente un andador (hasta espacios para picnics podrían establecerse dentro del propio río, por ejemplo), está hoy no solo desperdiciado sino olvidado como si costara mucho mantenerlo atractivo.
Pero al parecer, más que presupuesto para ello, lo que le ha faltado a los gobiernos locales es lo primero que necesitan para gobernar efectivamente: visión.
Esperamos que algún día todo lo mágico que puede ser también el Río Tecate se aproveche, para beneficio no solo de la ecología de la región, sino de sus habitantes y hasta visitantes.
Nunca olvidemos que si Tecate existe, históricamente es en gran parte precisamente debido al río y el ecosistema a sus alrededores.