El retorno de Fernando Castro Trenti

De vuelta está Fernando Castro Trenti en la política local. Ausente desde la traición que sufrió a manos de Enrique Pena Nieto en la elección del 2013 por la gubernatura de Baja California, cuando el presidente entregó al PAN y al PRD la elección, para garantizar el Pacto por México.


En ese entonces Peña forzó a Fernando irse a Sudamérica, luego a Europa.
Hoy con el PRI derrotado y Peña fuera de Los Pinos, está de regreso en el Estado.
Saldará cuentas pendientes, lo hará de la mano de su amigo Jaime Bonilla, candidato de MORENA que será gobernador electo a partir del 2 de junio.


Aquel 2013 Fernando Castro Trenti venía de ganar con el PRI la elección de 2010, tenía el control del Congreso y las presidencias municipales más importantes del Estado.


Contendió contra Kiko Vega seguro de que ganaría la gubernatura. Pero Peña Nieto tenía otros planes, el Pacto por México.
Gustavo Madero y Jesús Zambrano, entonces presidentes nacionales del PAN y PRD condicionaron a Nieto, las reformas a cambio de gubernaturas, presidencias, diputaciones. Así desde el seno del mismo PRI operaron la traición a Castro Trenti.


El lugarteniente estaba en El Caliente, y los capitanes de la traición a Castro Trenti fueron Mario Madrigal, Enrique Acosta Fregozo y Rene Mendivil, estos últimos los dos colaboradores más cercanos a Fernando.


Hoy Fernando se destapa por MORENA, se pronuncia por Jaime Bonilla como candidato a Gobernador. Los seguidores castrotrentistas tienen grandes expectativas y migran al manto derrentor de Obrador. Ya operan el voto a favor de MORENA. Les urge derrotar al PAN, quieren desaparecer al PRI de las consertacesiones.


Están enviando al patíbulo a Acosta y a Mendivil. Hank hará el resto, ya nadie los ocupa. El PRI andará en el 5% ó 6% de la votación, uno o dos diputados, un regidor por municipio. El PRI está muerto, será más fuerte por si solo Hank que todo lo que quede del otrora todo poderoso.


El Gobierno del Estado será arrebatado al PAN por MORENA. Ya no hay margen de concertacesiones. El Poder está en Palacio Nacional con Andres Manuel y no en Los Pinos con el PRI.


El PAN obtuvo la gubernatura estatal en dos concertacesiones, la de 1989 y la del 2013. La primera vez en 1989 con Carlos Salinas de Gortari como presidente, quien pactó con el PAN entregar primero Baja California a Ernesto Ruffo, después Chihuahua a Barrios, Jalisco a Alberto Cárdenas y Guanajuato a Vicente Fox, a cambio de legitimar el fraude electoral a Cuahtemoc Cardenas en 1988 y destruir al naciente partido de los Revolucionarios nacionalistas y liberales juaristas que se agrupaban con la izquierda en torno a Cardenas, Porfirio Muñoz Ledo, y el mismo Andrés Manuel López Obrador.


Los cuatro nuevos gobernadores panistas venían del PRI de la iniciativa privada, ninguno de las luchas democráticas de la Derecha. Eran los famosos neopanistas.
El 88 había ganado la elección el movimiento cardenista en Baja California. Ya en 1989, el PAN con la ayuda de Abraham Correa, 3 veces diputado por el PRD, y Gilberto Flores, Ana Maria Fuentes, Francisco Sánchez, Armenta Escott, que fueron regidores y diputados del PRD, cambiaron los votos de la izquierda a la derecha del PAN. Militaban en el PRD, pero operaban para el PAN. Como lo hacen hoy con su candidato Jaime Martínez Veloz, dedicado a hacerle el trabajo sucio a Oscar Vega.


Pero llego el tiempo de saldar cuentas, serán varias carambolas. Ya las bolas están rodando.

Por: Julio Rodríguez, periodista

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