Elementos de la Policía Federal protestan en contra de ser adscritos “sin previo aviso” a la Guardia Nacional y denunciaron una serie de irregularidades en estos procedimientos que afectarían sus derechos laborales, algo negado por el gobierno federal.
Más de 1,500 uniformados y familiares tomaron este miércoles el Centro de Mando en la Ciudad de México en demanda de que sus prestaciones no sean suspendidas. En el lugar, Patricia Rosalinda Trujillo Mariel, representante de esta corporación en la Guardia Nacional, fue agredida cuando trataba de mantener un diálogo.
De acuerdo con algunas denuncias de los policías, sus prestaciones laborales serán afectadas al ser integrados a la Guardia, pues se les pide que renuncien a su antigüedad, además que se les dota de equipo de trabajo de mala calidad.
La demanda de los uniformados es el pago de bonos, de gastos de operatividad, aumento de salarios y en general, mejores condiciones laborales.
Julio Conrado, agente de la Policía Federal, dijo en entrevista con Radio Fórmula que no existe un documento formal que los avale como integrantes de la Guardia Nacional, por lo que ellos aún pertenecen a esta corporación policial.
Conrado comentó que esta mañana varios policías se rehusaron a asistir a las evaluaciones para incorporarse a la Guardia y ser enviados a diferentes puntos de la República mexicana para realizar actividades operativas.
En respuesta a estas demandas, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia matutina que no se va a despedir a nadie y aseguró que los elementos de la Policía Federal que se incorporen a la Guardia Nacional mantendrán su mismos derechos laborales.
“Se van a mantener los mismos sueldos y sus mismas prestaciones, y nadie será obligado a que pase a otra corporación…el proceso es voluntario y si reúnen los requisitos pueden pertenecer a la Guardia Nacional”, dijo el Ejecutivo federal.