En Tecate la intención es buena y la magia insuficiente
Desde hace varios años, los tecatenses saben que viven en un Pueblo Mágico, es el tema de actualidad. El primer cuadro de la ciudad ha pasado por cuantiosas remodelaciones, todas propias del aclamado nombramiento y de pronto, todo se ve muy distinto, ya casi se olvidan las baldosas del viejo parque, las calles irregulares de chapopote y las singulares banquetas de aquel Tecate que muchos de sus ciudadanos dudaban tuviera el potencial de un buen lugar turístico.
Sin embargo, obra tras obra y cambio tras cambio, se fue nublando de un nuevo presente nuestro primer cuadro de la ciudad, dando paso a un horizonte turístico para los ciudadanos y sus comerciantes.
Por una parte, parece ser que la mayoría de los ciudadanos verdaderamente disfruta de los cambios y salen por las tardes a gozar la nueva infraestructura e imagen de la ciudad. De los turistas, no sé si decir que han aumentado sus visitas, lo que si se es que, quienes llegan, parecen también disfrutar de esta nueva experiencia.
Se sabe que el programa de Pueblos Mágicos estipula que para poder bajar los recursos federales destinados, se auditan las primeras 40 manzanas del que se considera el primer cuadro de la ciudad, sin embargo, en el caso de Tecate -y de otros tantos lugares-, se auditan menos cuadras debido a su tamaño, pero quienes llevamos años viviendo aquí, tenemos una gran interrogante que retumba como penumbroso susurro: ¿Y para cuando llega la magia a todo Tecate?
Basta con cruzar una calle, caminar una cuadra, asomarse de esquina a esquina, para darse cuenta que aunque la magia nos ha favorecido, definitivamente no es suficiente, no es equitativo, pues se deberían contar realidades para todos, para bienestar común y privilegios generalizados, no solamente para el primer cuadro de la ciudad.
¿Por qué no hacer de todo Tecate una atracción por cualquier parte donde se visite? ¿No generaría un mayor sentido de pertenencia ciudadana y fortalecería la magia tan escasa?
Este tema es definitivamente importante para los gobiernos venideros, para un gobernante responsable en la administración de nuestro municipio, pues entre plomo, cabezas, mantas y demás cuestiones, creo que si “La magia de Tecate la hace su gente” bien podríamos invertir en nosotros mismos para generar un bienestar común bien distribuido.
No quiero que se mal interpreten mis letras, al final, creo que estos cambios, aunque solo presentes en nuestro primer cuadro, nos benefician a todos y nos dan un buen norte de lo que muchos deseamos para todo Tecate. Sin embargo, no dejo de pensar que aunque la intención de todos cuantos han participado en éste gran proyecto es buena, la magia parece acabarse pronto, se difumina rápido y parece no alcanzar para las colonias donde viven, quiénes se argumenta son la esencia de esta tan aclamada magia.
A la postre, esperemos que todas las remodelaciones sean un buen prototipo que sirva como ejemplo para todas las calles y colonias, para que nuestros niños y ciudadanos no tengan que trasladarse hasta la zona centro para poder vivir el ambiente mágico y progresista.