La judicialización en el proceso electoral

El desprestigio

Por : Gilberto LAVENANT 

A estas horas, ya debe haber concluido el recuento de votos de los consejos distritales y quizás hasta ya se hayan dado a conocer los resultados. El problema es que, ante el desprestigio generado, será difícil creer en los mismos. Sobre todo, que sean aceptados por los actores de este proceso. 

Por lo tanto, habrá que esperar hasta el lunes próximo, para saber si los resultados finales de este proceso y el correspondiente conteo, causarán estado o serán impugnados por algún candidato o partido. 

De cualquier forma, independientemente de quienes sean los ganadores –o ganones, quizás deba decirse- seguramente persistirán las dudas, especulaciones y sospechas. 

Lo que va a ser difícil, casi imposible, será que el IEEBC supere el desprestigio alcanzado, por tantas irregularidades registradas en este proceso, a nivel estatal. 

Los consejeros y directivos del Instituto Electoral, quisieran que esto pasara rápido. Por ello agilizarán el trámite de expedición de constancias de validez de elecciones, con la intención de darle la vuelta a la hoja. Y hacer como que todo fue una simple pesadilla.   

Fue evidente que manejaron todo de manera negligente. Dejaron todo en manos de la inercia. No estuvieron al pendiente de cada paso del proceso electoral y de pronto “se les hizo bolas el engrudo”.  

Está claro, que todas las irregularidades se pudieron haber evitado, si hubiesen estado pendientes, vigilantes y actuantes en el acto. Que los ciudadanos participantes incurran en errores, puede ser natural, pues no conocen la ley electoral. Pero tal parece que los funcionarios electorales estuvieron ausentes y hasta ahora se están percatando del desastre. 

Pero cuando asumieron el cargo, lo primero que hicieron, fue  incrementarse el sueldo. Como si fuesen merecedores de ello. 

Si tuviesen vergüenza, dado el resultado, ahora deberían rebajarse al sueldo, a nivel de simples aprendices, e iniciar el procedimiento para sustituirlos por verdaderos conocedores de la legislación electoral. Por quienes si sepan y actúen en consecuencia, de manera oportuna y eficiente. 

La experiencia de este proceso, es enorme, por el cúmulo de irregularidades y deficiencias. Juntas, pueden representar un excelente manual de consulta, sobre lo que no se debe de  hacer en futuros procesos. 

Copia del mismo debe integrarse al expediente personal de cada consejero y de cada funcionario del Instituto Estatal Electoral. Como notas malas, para que luego no presuman que hicieron un excelente trabajo. Aunque bien merecen que los pongan de patitas en la calle. 

Ellos son los responsables del proceso electoral. Si algo salió mal -y en esta ocasión muchas cosas salieron mal- ellos son los responsables. Nadie más. A ellos se debe el desprestigio del IEEBC. 

Desde el hecho inobjetable de que no hicieron nada para prevenir el abstencionismo. Ni siquiera para capacitar adecuadamente a los funcionarios de casillas. Tal parece que los dejaron solos. Esto fue un retroceso.

Ahora, hay que tratar de enmendar la plana. Emprender una profunda tarea de concientización cívica, desde los niveles básicos de educación. Enseñarles a los niños de preescolar, cuál es la importancia de los procesos electorales y lo que implica la participación en los mismos. 

Que los profesores ayuden a formar ciudadanos, recalcando, desde la educación básica, lo que significa la democracia y la forma de enriquecerla y mantenerla. 

Malo será que, concluída esta difícil etapa de este proceso electoral, simplemente digan : “borrón y cuenta nueva”. Como ha sido siempre.

gil_lavenants@hotmail.com

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