¿Cómo distinguir el golpe de calor de la deshidratación?

El golpe de calor y la deshidratación por el calor están causados por un exceso de calor, pero sus síntomas son distintos.

El golpe de calor es una patología más grave que afecta principalmente a los ancianos, ya que es producido por un mal funcionamiento de los centros reguladores del calor.

Sus síntomas son la piel caliente y enrojecida, la ausencia de sudoración, el pulso fuerte y contundente, la respiración dificultosa, las pupilas dilatadas y la temperatura co.rporal extremadamente alta.

El paciente se encuentra mareado y puede perder la conciencia.

La deshidratación por calor se debe a una pérdida excesiva de líquidos y electrolitos en el organismo.

La piel está pálida y húmeda, la sudoración es profusa, el pulso débil y la respiración superficial, pero las pupilas y la temperatura corporal son normales.

Pueden producirse cefaleas (dolor de cabeza) y vómitos.

¿Qué debemos hacer?

Los primeros auxilios necesarios para el golpe de calor y para la deshidratación por el calor también difieren.

Para una persona con golpe de calor:

Una persona que ha sufrido un golpe de calor debe trasladarse a un lugar fresco, a la sombra.

Debe colocarse la cabeza elevada.

Humedecer el cuerpo con alcohol o agua fría para bajar la temperatura.

Organizar un traslado urgente al centro hospitalario más cercano.

Para una persona con deshidratación:

También debe guardar reposo, pero con la cabeza más baja que el cuerpo.

Proporcionarle abrigo o calor.

Pueden aparecer náuseas, pero después de un tiempo de descanso puede ingerir líquidos.

Una vez sea posible la ingesta se le darán cuatro vasos de agua con una tableta o media cucharadita de sal diluida, a intervalos de 15 minutos.

Después ya se puede intentar que beba zumos (jugos) de frutas para recuperar otros electrolitos.

¿Cuáles son las medidas de prevención a adoptar?

Beber agua abundante durante todo el día.

Evitar las bebidas alcohólicas, las bebidas muy dulces y las infusiones calientes.

Evitar las comidas abundantes, reemplazándolas por frutas y verduras.

Usar ropa suelta, de materiales finos y colores claros (de preferencia que sean de algodón, evitar tejidos sintéticos que no dejan transpirar correctamente).

No hacer ejercicio físico en ambientes calurosos.

A los bebés y niños pequeños amamantarlos con más frecuencia.

Ducharse a menudo o mojarse el cuerpo con agua fresca, bañarse en piscinas si es posible.

Si la temperatura corporal aumenta hay que desnudar a la persona afectada, pasarle una esponja mojada por la cara, y preferentemente dar un baño corporal con agua fría, utilizando paños fríos y bolsas de hielo en la cabeza.

Evitar la exposición al sol entre las 11 y las 18 horas.

Los pacientes diabéticos o que sufren problemas cardiovasculares deben consultar con su médico las medidas específicas que deben adoptar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.