MÉXICO.- Desde temprano del domingo pasado circulaba información de todo tipo sobre el desvanecimiento y posible infarto del presidente de la República de México, Andrés Manuel López Obrador durante su gira por Yucatán.
El primer medio de información que dio a conocer este hecho fue El Diario de Yucatán, el cual detallaba con la precisión que, un medio suele dar a conocer, cuando obtiene información fehaciente y confiable de sus fuentes.
El Diario de Yucatán, explicó en su nota que, “el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador habría sufrido un infarto o una complicación cardíaca en el edificio conocido como Casa se la Piedra de la Base Aérea Militar número 8 de Mérida donde acostumbra realizar sus reuniones de evaluación del Tren Maya según se averiguó.”
Y continúa en el segundo párrafo de su nota, narrando que AMLO, “se disponía a comer antojitos yucatecos que formaban parte del menú del desayuno, que preparan cocineros de la BAM No.8, cuando se sintió mal y se desvaneció ante el asombro de funcionarios de Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y representantes de las empresas que lo acompañaron en ese momento”.
Esto se publicó a las 2 de la tarde con 57 minutos en la página del medio yucateco que, considero de manera particular que este dato, esa información sobre López Obrador, fue clave para informar al resto del país.
Haya sido con cierto porcentaje de realidad o con algunas imprecisiones sobre los hechos, se hizo público y viral.
Las imprecisiones o huecos de información que se facilitan de manera informal a medios, suele pasar cuando dicha información proviene de fuentes internas y, aunque sean bastante confiables, hay que recordar que se arriesgan para filtrar la información, lo que la convierte en limitada y poco detallada.
Aun así, el diario, atacado por seguidores fanáticos de AMLO, obligó a que el gobierno reaccionara. Mal, bien, tarde o como haya sido, el Diario de Yucatán, hizo lo que los funcionarios debieron hacer mucho antes de que se se haya generado todo el caos de desinformación y especulaciones que se generó, durante horas de silencio y hermetismo.
Aproximadamente 35 minutos después de la publicación del medio yucateco, el perfil de Twitter del presidente de México tuvo su primera publicación desde que salió de Yucatán rumbo a CDMX sin dar a conocerlo previo a lo publicado por un medio y replicado de manera viral por cientos, miles y hasta millones de personas de todo el país.
Esta publicación que supuestamente realizó de manera personal Andrés Manuel López Obrador, aunque se duda mucho que haya sido redactado por él o que haya sido de su autoría, es la siguiente: “Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto.”, publicó en Twitter el presidente a las 2:32pm de la CDMX, 3:32 de Yucatán.
Si repasamos los hechos a detalle nos podemos percatar de varias inconsistencias: De la opacidad con la que se condujeron quienes tenían la obligación de dar información desde la mañana que se tuvo que cancelar la gira del presidente que estaba programada para recorrer las obras del Tren Maya con el gobernador de ese estado.
Veamos las dudas de la gente, los análisis que varios publicaron en redes y las sospechas, rumores y/o especulaciones de que algo no estaba del todo bien, de las inconsistencias en la información, de si es o no es COVID lo que le dio y que por eso fue trasladado y aislado en el Hospital Central Militar de la Ciudad de México.
Aunque he de anticipar que debido a haber estado buscando información en todas las fuentes posibles para obtener cierta certeza de que el Presidente de México estaba bien, era imposible dejar de pensar en un escenario adverso, era imposible no enojarse, llenarse de coraje y al mismo tiempo de tristeza de ver tanta gente miserable que deseaba lo peor durante todo el tiempo que no había más información que un tuit y una nota previo a ese tuit.
Las redes, estaban repletas de odio, de deseos denigrantes hacia el mandatario nacional, memes de mal gusto, burlas fuera de lugar y hasta festejos de gente que supongo no son mexicanos, de gente perversa que tal vez no tengan a un familiar de edad avanzada, un tío, un primo, un padre o un abuelo que pueda sufrir algún tipo de desequilibrio en su estado de salud.
En fin, toda la tarde de ese domingo 23 de abril y hasta la madrugada del lunes 24 continuaba el silencio por parte de la autoridad nacional, y desinformación de muchos asegurando que ya tenían noticias.
Lo cierto es que a pesar de la ola de estupideces que lee uno en las redes, es de suma importancia saber de fondo lo que se tiene hasta el momento.
Desde la publicación del Diario de Yucatán que dio a conocer un hecho sobre la salud de la presidente, no hubo funcionarios federal alguno que lo desmintiera, ni siquiera Adán Augusto, el Secretarios de Gobernación. Ningún posicionamiento oficial sobre lo expuesto por el medio.
Y aquí ya se ponen más delicadas las cosas, pues primero hubo información del vocero de la presidencia asegurando que no se cancelaba ninguna gira, luego surgió el tuit del presidente, diciendo que si cancela la gira y que ya se encontraba en la CdMx siendo atendido por COVID, pero anticipando que si corazón está al 100.
Entonces es cuando salen los expertos por doquier y dan sus respectivas opiniones sobre COVID, otros sobre cuestiones cardiología y neurología.
Lo cierro es que no se considera grave estar enfermo de COVID, salvo que ya se encuentre en etapa de requerir respirador mecánico, ahí si que está canija la situación.
Entonces , si esto anterior fuera mentira, entonces, supongamos que el presidente solo tenga un cuadro leve de COVID, entonces ¿por qué no dar la cara, par que tanto hermetismo?
Y si fue solo un cuadro leve de COVID, ¿a qué se debió la urgencia del traslado a un hospital militar? Aunque no se haya considerado por los funcionarios públicos como traslado de urgencia, aun así, fue urgente que dejase Yucatán para tenerlo en un hospital que cuente con especialistas y el equipo adecuado para cualquier tipo de situación médica que requiera el mandatario de nuestra nación.
Ya han pasado más de 36 horas desde el incidente que han minimizado desde las altas esferas de gobierno de México, sin embargo, cada vez más se hacen patentes las presunciones, especulaciones e, inclusive, hasta las exigencias de información sobre la salud del mandatario.
Piden evidencias de que está bien, que puede hablar, quieren ver y saber si puede hablar y dar a conocer a la sociedad de que está bien, algo que permita dar un poco de tranquilidad a los mexicanos, a la sociedad, al sector privado, político y hasta a sus mismos seguidores, que a pesar de todo, mantienen la frente en alto y la esperanza de que está y seguirá más fuerte que nunca, aunque esto sea una falacia.
La única respuesta que se ha obtenido hasta el momento, fue durante la mañanera que encabezó, el secretario de gobernación, Adán Augusto López, que con nerviosismo, voz medio cortada, tembloroso, sin ofrecer mucha confianza en sus palabras y aseveraciones, se contradijo con lo más importante de su respuesta sobre la salud del mandatario nacional.
Fue hasta entonces, hasta el día siguiente que Adán Augusto, desmintió lo publicado 15 horas antes por El Diario de Yucatán, pero se contradice vil y descaradamente al decir que López Obrador goza de cabal salud, pero que al mismo tiempo presentó síntomas de resfriado y, desde entonces, al presidente no se le ha visto; ya sobrepasan las 36 horas.
Aseguró, el secretario de Gobernación de México, que es mentira lo publicado por el Diario de Yucatán sobre el desvanecimiento del presidente López Obrador en Mérida, Yucatán. “No hubo ningún traslado de emergencia, no hubo ningún desvanecimiento como algunos han pretendido hacer creer… El presidente López Obrador goza de cabal salud, no hubo desvanecimiento ni infarto… Presentó síntomas de un resfriado y se le practicaron las pruebas”, asegura Adán Augusto López.
Volviendo a las horas eternas del silencio informativo sobre la salud del presidente, ayer mismo por la noche, ya daban a conocer algunos medios que el presidente López Obrador ya se encontraba en su casa de Palacio Nacional, con todas las adecuaciones pertinentes y requeridas para su tratamiento médico en casa.
Así que esto último, sumado principalmente a la publicación en Twitter de Adán Augusto donde da a conocer que nuestro mandatario nacional se encuentra bien, estable, animado y, que pronto estará de regreso con mayor fuerza, da un buen respiro de alivio, debido a la sinceridad con la que se puede leer dicho tuit, bueno, por lo menos eso me transmitió al momento de leerlo, no fue el mismo caso de su participación durante la mañanera, que se notaba que aún no tenía acceso a la información y al presidente o no tenía certeza de sus respuestas.
“Hoy encabecé la conferencia de prensa por instrucción del Presidente López Obrador, donde informamos sobre su proceso de recuperación, desmintiendo las intrigas de sus adversarios. Se encuentra animado y reponiéndose para regresar con más fuerza a seguir transformando el país”, publicó.
Sin embargo, desde ese entonces hasta el momento, han vuelto los rumores de que se está evaluando sacar de Palacio Nacional para trasladarlo de regreso al Hospital Central Militar de la CDMX o en su defecto, al Centro Médico Naval de Alta Especialidad.
Sea cual sea la situación, no podemos ser tan culeros para desear a alguien la muerte. Existen muchísimos mensajes en redes de gente que considera que esto es un juego, que se alegran de que pase lo peor, que no entienden la gravedad de la situación y que si fuese de verdad tan grave como muchos así lo quisieran, México, no estaría tan estable desde el momento en que se dio a conocer una situación de salud que por momentos se ha salido de proporciones.
Como mexicanos no podemos pensar en que a México le vaya mal, por más jodido creamos que sean nuestros gobernantes, al final de cuentas, son seres humanos, mexicanos, compatriotas que han estado luchando (a su manera), que han estado trabajando por sacar adelante a nuestro país y defendiendo la integridad de los mexicanos que se encuentran dentro y fuera del país.
Los saludo con afecto esperando no raspar o lacerar a más de uno, sin la intención de hacerlo, por supuesto.
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